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  • Piden una comisión monetaria en el parlamento de Islandia

    Piden una comisión monetaria en el parlamento de Islandia

    Hace 6 meses comentábamos aquí la noticia de que en Islandia se había publicado un informe, solicitado por el Primer Ministro, titulado «Reforma Monetaria – Un sistema monetario mejor para Islandia», que destacaba la necesidad de una reforma sustancia.

    El proceso sigue su curso. Hoy la noticia es que un grupo de 11 parlamentarios islandeses de 5 partidos diferentes han enviado al parlamento una resolución que solicita la creación de una comisión «para proceder a revisar los procedimientos de la creación del dinero en Islandia y para hacer recomendaciones de reformas«.

    No es ninguna sorpresa que el autor del informe anterior, el progresista parlamentario Frosti Sigurjónsson, sea también el líder en la actual solicitud de creación de una comisión monetaria. La comisión estaría formada por 6 parlamentarios y entregaría un informe tras 10 meses de estudios. Sin embargo, aún queda un largo camido para que la comisión pueda iniciar sus trabajos: Hay que estipular una agenda, posteriormente revisar, modificar y someter a votación la propuesta.

    La solicitud ha sido firmada por 11 parlamentarios de 5 partidos diferentes, por lo que tiene muchas posibilidades de éxito. No obstante, debe ser votada antes de que termine el actual curso parlamentario, la próxima primavera. Si no se consigue aprobarla en plazo, habría que volver a presentarla en la siguiente legislatura.

    Nuestros compañeros del movimiento islandés por la reforma monetaria Betra Peningakerfi celebran esta iniciativa. «La resolución muestra un significativo y creciente interés por la reforma monetaria en Islandia. Una intensiva comparación entre el Dinero Soberano y el sistema monetario actual será un importante paso hacia la reforma».

  • Imprimir dinero para financiar déficit: ¿Droga peligrosa o medicina milagrosa?

    Imprimir dinero para financiar déficit: ¿Droga peligrosa o medicina milagrosa?

    El pasado septiembre, Positive Money organizaba un evento para debatir sobre las innovaciones posibles en política monetaria. Uno de los participantes en la jornada fue Lord Adair Turner, antiguo presidente de la Financial Services Authority (entidad de supervisión de los mercados financieros, equivalente a la CMNV española), y actualmente es director del Institute for New Economic Thinking. Es interesante señalar que, aunque Lord Turner no coincide plenamente con la propuesta de Positive Money, colabora con ellos puesto que comparten unos principios básicos comunes:

    • El sistema monetario tal y como está diseñado es terriblemente defectuoso.
    • El sistema monetario no es una ley de la naturaleza sino una construcción humana, y como tal puede ser rediseñado, modernizado y adaptado a nuevas circunstancias.
    • Hay que abandonar los tabúes y examinar de forma racional y científica todas las alternativas existentes.

    A continuación un breve extracto de la interesante charla de Lord Turner, que contiene muchos elementos para la reflexión y el debate (en este enlace se encuentra la charla completa, en inglés):

    La razón fundamental por la que la recuperación de la crisis financiera de 2008 ha sido tan lenta y difícil se puede sumarizar en la siguiente gráfica, que muestra cómo el crédito privado creció desde el 50% del PIB en 1950 hasta el 170% en 2008.

    Turner slide 1El creciente endeudamiento se dirigió al sector inmobiliario, dejando a muchos ciudadanos y empresas con una deuda excesiva cuando la confianza se rompió y los precios empezaron a caer. Después se desató una oleada de desapalancamiento que deprimió la demanda y condujo las economías a la recesión. A su vez, eso creó un entorno en el que la deuda no desapareció, sino que simplemente se desplazó del sector privado al público.

    (…)

    • La teoría financiera decía que era necesario un nivel de deuda para soportar la inversión, pero ignoró totalmente la posibilidad de que tanto podíamos tener endeudamiento excesivo como demasiado poco.
    • La práctica de los bancos centrales gravitaba sobre la asunción de que mientras la inflación fuera baja y estable, la estabilidad estaba asegurada y los detalles del sistema financiero y de los balances de la economía real podían ser ignorados de forma segura.

    Retrospectivamente, podemos afirmar que las asunciones de la ortodoxia financiera acerca del papel de los bancos y de la creación de dinero eran erróneas, como acertadamente ha señalado Positive Money.

    (…)

    Qué hacen los bancos: La descripción según la cual los bancos toman dinero de los depositantes y lo prestan a los prestatarios es totalmente mítica. En realidad los bancos crean crédito y nuevo poder de compra. Esta realidad fue considerada crucial para los economistas de inicios del siglo XX, como Knut Wicksell, Friedrich von Hayek, John Maynard Keynes, Irving Fisher and Henry Simons, pero desapareció de la economía ortodoxa a partir de los años 60. Y esto es muy peligroso, puesto que si los bancos pueden crear poder de compra, es de suma importancia cómo se crea ese poder y cómo se asigna.

    (…)

    Muchos economistas que vieron el caos creado por la creación de crédito privado y el posterior desapalancamiento pensaron que era necesaria una solución radical, como la eliminación de la reserva fraccionaria y la implantación de una banca con 100% de reservas. Fischer y otros defendieron esto en el Plan Chicago. Milton Friedman concidió en esta postura más tarde. Esto es curioso, ya que todos estos economistas eran liberales defensores extremos del libre mercado, pero pensaban que no se podían extender los principio del libre mercado a la propia creación del dinero.

    Yo personalmente no llego tan lejos. Pienso que un cierto nivel de creación de crédito debe ser permitido a la banca, debido a:

    • Las dificultades insuperables de la transición desde el sistema actual.
    • Un sistema óptimo necesita cierta creación de crédito por la banca y su asignación según las normas del libre mercado.

    Pero, aunque no apoyo la postura extrema de Fischer, Simons, Friedman y Positive Money, pienso que sus propuestas suponen un conocimiento que debe afectar nuestra elección de políticas. Pienso que debemos tener banca con reserva fraccionaria, pero que las reservas deben ser mucho mayores que actualmente, con un nivel de requisitos de capital mucho mayor, y con una deliberada política por parte del banco central con objeto de lograr una economía mucho menos apalancada que la actual.

    (…)

    Como escribió Friedman, «con una banca con reservas del 100% la función de la autoridad monetaria sería la creación de dinero para encajar con el déficit gubernamental, o la destrucción de dinero en caso de que el gobierno tuviera un superávit».

    En términos técnicos, no hay ninguna razón que haga irrealizable la financiación directa de déficits públicos (Overt Money Finance o OMF), ni razones por la que esto pudiera conducir a una inflación excesiva. Y si duda existen circunstancias en la que la OMF sería la política óptima.

    La política OMF sería mucho más eficiente que la bajada de tipos de interés al 0% y los programas QE:

    • No nos deja con la cuestión de qué hacer sobre la carga de la deuda pública futura.
    • Más efectivo porque la transmisión es más directa hacia la economía real, en lugar de confiar en los mecanismos indirectos del QE.
    • Menos arriesgado porque la política de tipos de interés ultrabajos puede perfectamente permitir operaciones financieras en vez de estimular el crecimiento. Y porque solamente puede funcionar haciendo crecer el crédito privado, lo que fue precisamente lo que nos trajo a esta situación.

    (…)

    La política OMF tiene sus riesgos, pero seguirla considerando como un tabú conlleva aún riesgos mayores, pues nos deja con la política de bajos tipos de interés y QEs como únicas herramientas para estimular el crecimiento del crédito.

    Nos enfrentamos a un conjunto de peligros y riesgos, no a una situación en la que una opción es perfecta y la otra conlleva la perdición inevitable. Los estados fallan y los mercados fallan, lo que nos exige llegar a equilibrios para alcanzar las políticas óptimas.

  • Importante respaldo al QE for people

    Importante respaldo al QE for people

    El reputado periodista económico del Telegraph, Ambrose Evans-Pritchard, ha dado un importante apoyo al concepto de QE for people en su artículo “Jeremy Corbyn’s QE for the people is exactly what the world may soon need” (‘El QE for the people de Corbyn es exactamente lo que el mundo puede necesitar pronto’).

    Como mencionábamos recientemente, la elección de un nuevo líder laborista ha agitado mucho la política británica, y sobre todo en el plano económico, entre otras cosas con su propuesta de QE for people. Esta idea consiste muy sintéticamente en no dar el dinero que crea el Banco Central a los bancos, sino dárselo directamente al gobierno, quien entonces puede decidir cómo utilizarlo (bajadas de impuestos, inversión en infraestructuras o servicios, o incluso repartirlo entre los ciudadanos).

    Ambrose Evans-Pritchar ataca duramente las propuestas económicas de Corbyn, lo que no es de extrañar viniendo ambos de los dos extremos del espectro político. Sin embargo salva explícitamente de las críticas la idea de QE for people, que él mismo dice defender incluso antes de la llegada de Corbyn. El que personalidades tan alejadas ideológicamente puedan defender el QE for people demuestra que es un concepto apolítico, neutral, meramente económico, y también que es algo de puro sentido común.

    Tras una argumentada defensa económica del concepto QE for people, Evans-Pritchard termina con una advertencia a los conservadores: Antes de que los laboristas lleguen al poder con toda una batería de medidas anticapitalistas, lo sensato sería que el QE for people lo implementasen los propios conservadores. Quizás cambiándole el nombre para no dar una baza política a los laboristas, y como dice muy gráficamente, ‘para no asustar a los caballos’. Incluso sugiere un nombre para el programa: «Gestión del PIB nominal«.

    Así que atentos estimados lectores. Es posible que en breve empecemos a oír hablar de un nuevo programa del BoE llamado Nominal GDP management, o algo similar, pero que en el fondo será el QE for people que defendemos. Esta idea finalmente está cuajando casi por eliminación, porque las otras no han funcionado. Y recibe apoyos importantísimos como el de Ambrose Evans-Pritchard.

    A continuación unos extractos traducidos del artículo:

    La financiación de los déficits gubernamentales mediante la emisión de dinero es exactamente lo que el mundo va a necesitar si la economía global cae en otra recesión, con los intereses casi a cero y los ratios de deuda en niveles extremos.

    No podemos volver a los QE estándar en este momento. Las rondas de QE de la FED y BoE tras la crisis de Lehman fueron mejor que nada, evitaron una depresión. Pero poco más se puede sacar de bajar los tipos unos pocos puntos. El equilibrio entre ventajas y riesgos se ha vuelto negativo.

    Gran parte del dinero se ha dirigido a las burbujas de activos, enriqueciendo a los ricos, y con un goteo muy lento hacia el resto de la población.

    Lord Turner, antiguo responsable de la Financial Services Authority, dice que es perfectamente posible crear un nuevo régimen en el cual el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra cuanta financiación permitir, dosificándola de la misma manera que ahora utiliza con las compras de bonos y los tipos de interés.

    Corbyn tiene razón en que el nivel de inversiones en el Reino Unido es muy bajo para los estándares de la OCDE. Si el sector privado no recoge el guante, el Estado debe asumir esa responsabilidad, algo defendido por el mismísimo Adam Smith.

    Y sus instintos sobre la política monetaria eran correctos. El QE tal y como lo conocemos está muerto. Es un imperativo nacional urgente diseñar una forma radicalmente nueva antes de que la próxima crisis golpee.

     

  • “Los Príncipes del Yen” ya está disponible en español

    “Los Príncipes del Yen” ya está disponible en español

    “Los Príncipes del Yen”, o cómo un sistema de control del crédito puede crear una economía de bienestar competitiva y cómo su desregulación puede destruirla

    En las últimas décadas ha proliferado un patrón de desempeño económico extraordinariamente patológico y peligroso: la economía del dinero-deuda bancario. Este patrón no es, desgraciadamente, desconocido en España y la UE. Lo estamos sufriendo.

    Los  rasgos  básicos  de  este  patrón  de  comportamiento  son  estos:

    • Dejación de funciones por parte de las autoridades públicas en el importantísimo tema de la producción y colocación de los medios de pago para la  economía.
    • Entrega de la capacidad de creación y distribución estos medios de pago a la banca privada.

    Y  las  consecuencias  que  produce,  bien  conocidas  en  España:

    • Formación de burbujas en los sectores financieros e inmobiliario, a los que fluye una ingente cantidad de dinero.
    • Desigualdad social y de oportunidades: es la cercanía a los focos de poder monetario  lo  que  determina  la  posición  social  y  el  nivel  de  ingresos.
    • Corrupción  política  y  empresarial  para  entrar  en  esta gran fiesta del dinero.
    • Endeudamiento brutal, tanto público como privado, pues esa enorme masa de dinero  lo  está  continuamente  creando  la  banca  mediante  endeudamiento.
    • Despilfarro de recursos en inversiones solo pensadas para obtener grandes ganancias por unos pocos.
    • Explosión  de  la  burbuja,  dejando  una  deuda  impagable.
    • Miles de empresas quiebran y aumenta el desempleo.
    • El país entero y gran parte de su población vive continuamente con el miedo a concurso de acreedores.
    • La vida política se centra en renegociar la deuda. Se sacrifica la vida de la gente  para  mantener  una  situación  financiera  insostenible.
    • Los poderes financieros y el capitalismo de amiguetes  se  hacen  dueños  del  país.

    Este patrón de desempeño económico y político podemos encontrarlo esparcido sobre la faz de la Tierra en estos momentos. En España lo conocemos bien, pero es una situación similar en multitud de países. Un país tan aparentemente lejano geográfica y culturalmente como China ha caído en esa trampa.

    ¿Tal patrón económico es normal e inevitable? No. El dinero soberano que nosotros defendemos acabaría con este esquema desastroso de comportamiento.

    ¿Existe algún caso de éxito económico mediante un proceso de creación y distribución de dinero distinto, conscientemente controlado para beneficiar a la población  y  no  al  sistema  financiero?  Sí.

    Uno de los mejores ejemplos es el periodo de la posguerra japonesa retratado en el documental “Los Príncipes del Yen”. Este documental está basado en el libro  Princes of the Yen: Japan’s Central Bankers and the Transformation of the Economy  (2003), escrito por el profesor  Richard Werner, economista alemán experto en la economía monetaria y banca de Japón.  Princes of the Yen  fue producido por el grupo independiente QueuePolitely y dirigido por Michael Oswald, y ha sido recientemente traducido al español por Andrés Arias  Uribe,  con  la  colaboración  de  Dinero  Positivo.

    Gracias a Los Príncipes del Yen sabemos cómo un sistema de “pautas de ventanilla”  permitió  el  milagro económico  japonés.¿En qué consistió el esquema de las “pautas de ventanilla”? En que los banqueros debían acudir regularmente a una ventanilla del Banco Central del Japón a recibir las órdenes de cuánto y para qué otorgar créditos. Bajo estas pautas Japón reconvirtió su derrotada economía de guerra en una triunfante economía  de  consumo  y  bienestar.

    ¿Qué acabó con ello? El deseo de unas élites locales y extranjeras de apropiarse de la economía japonesa mediante su conversión en economía financiera y especulativa. Las pautas de ventanilla se fueron liberalizando hasta el punto de forzar expansiones crediticias alocadas. El control del crédito en pos del bien público fue dando paso a la economía del dinero-deuda bancario. Y Japón cayó en el patrón que todos conocemos: endeudamiento masivo,
    despilfarro de recursos, desigualdad social, burbujas financieras e inmobiliarias, etc.

    Este es el patrón de desempeño económico que domina ahora el mundo. ¿Hasta  cuándo  dejaremos  que  nos  dicte  cómo  vivir?

    JM Utrilla Trinidad
    antic.dineropositivo.es