Traducción de un artículo original de Positive Money.
El término Quantitative Easing (QE) no sólo es difícil de decir, sino que puede ser un concepto difícil de captar. Suena como argot técnico de forma que mucha gente – periodistas, políticos e incluso economistas – lo rechazan.
Pero al mismo tiempo, el QE en el Reino Unido implica una gigantesca suma de dinero: 445.000 millones de libras! Aún más preocupante, su efectividad es cuestionable, y sus efectos laterales negativos son tan significantes que no es algo que nos podamos permitir ignorar.
En Positive Money, nuestro objetivo es crear una mayor conciencia sobre el QE, de forma que la gente se sienta empoderada como para hablar de ello. Por tanto, vamos a lanzar una serie de artículos básicos para explicarlo en términos simples, de manera que cualquier persona interesada pueda entenderlo.
La historia del Quantitative Easing
Cuando los políticos están preocupados acerca del estado de la economía y creen que no va a haber gasto e inversión suficiente como para generar crecimiento, tienen diferentes herramientas disponibles para estimular la actividad económica. Una de las principales herramientas es la política de tipos de interés del Banco de Inglaterra (BoE).
Bajando los tipos de interés el BoE anima a las personas y empresas a gastar e invertir más que a ahorrar. Los tipos bajos hacen que los préstamos bancarios sean baratos, lo que debería incentivar a personas y empresas a pedir prestado, y consecuentemente gastar e invertir más.
A un nivel muy básico, cuando hay más gasto e inversión en una economía las empresas obtienen más beneficios, por lo que contratan más personal. Con más gente cobrando un salario, hay más gente gastando, lo que lleva a los negocios a obtener más beneficios, más contratación de personal, etc.
Cuando la crisis financiera de 2008 golpeó, la recesión fue tan severa que el BoE bajó continuamente los tipos de interés hasta que casi llegaron a cero. Pero debido a que los hogares y empresas se habían endeudado tanto con anterioridad a la crisis, no podían realmente afrontar el tomar nuevos préstamos.
Mientras tanto, las empresas y hogares que sí podían endeudarse estaban tan preocupados acerca del estado de la economía que no veían sentido a aceptar nuevos préstamos. Al mismo tiempo, los bancos habían hecho préstamos muy arriesgados con anterioridad a 2008 y no eran propensos a prestar más.
Por tanto, incluso con tipos de interés cercanos a cero, la política monetaria del BoE falló en su intento de disparar una recuperación de la inversión y el gasto. El BoE tuvo por tanto que adoptar un nuevo enfoque, menos convencional: Quantitative Easing (QE).
¿Qué es Quantitative Easing?
El QE consiste en que los bancos centrales como el Banco de Inglaterra crean dinero nuevo de la nada para comprar activos financieros (en argot económico, deuda pública y de empresas, en forma de bonos) de entidades como fondos de pensiones, compañías de seguros, bancos de inversión, etc.
En los medios se presenta el QE como un proceso en el que el BoE imprime dinero y se lo presta a los bancos para que ellos puedan incrementar sus préstamos a la economía. Pero en realidad no se imprime dinero físico, y la mayoría de la gente nunca llega a ver el dinero creado a través del QE.
Lo que realmente sucede es que el BoE crea nuevo dinero digital, reservas del banco central, que se usa para comprar fundamentalmente deuda pública (y más recientemente también deuda privada de empresas). Del 2009 al 2012 el Banco de Inglaterra creó 375.000 millones de libras de dinero nuevo.
El programa todavía está en marcha. De hecho, recientemente el BoE ha anunciado que iba a expandir el programa en otros 70.000 millones de libras, llevando el total hasta los 445.000 millones. Preocupados por el hecho de que el Brexit podía producir una reducción de gasto e inversión, el BoE va a comprar otros 60.000 millones de deuda pública y 10.000 de deuda corporativa.
El propósito del QE
La efectividad del QE es extremadamente controvertida. Nuestra posición es que es más perjudicial que beneficioso, y que hay muchas mejores alternativas. Pero nos estamos adelantando. En el próximo post entraremos en más detalles en la teoría que hay detrás del QE, y en posts posteriores mostraremos que el QE no funciona en la práctica, y genera inestabilidad financiera, desigualdad y más elevados precios en la vivienda.
Por ahora cabe destacar que el QE supuestamente debe incrementar el precio de los activos financieros, haciendo que sus propietarios se sientan más ricos y animándoles a gastar más (lo que se conoce como ‘efecto goteo’). También pretende reducir los intereses en los mercados financieros. Esto supone menores costes de la deuda, lo que empuja a las empresas a endeudarse para invertir.
Los bajos tipos de interés suponen bajos retornos para los inversores, y teóricamente debería empujarles a buscar inversiones más arriesgadas que proporcionen mayores beneficios. Finalmente, los fondos de pensiones y compañías de seguros deberían comprar activos de más riesgo para reemplazar los que venden al BoE, todo lo cual debería redirigir el crédito e inversiones a las empresas.